lunes, 28 de abril de 2008

La nueva Tecnología: la Nanotecnología:

¿Alguna vez has oído hablar de la nanotecnología?
Seguramente alguna vez lo hayas oído comentar en los medios de comunicación, en los foros de debate de internet o en cualquier otro sitio. Pues más vale que te vayas acostumbrando, porque este es un término poco a poco se está poniendo de moda. El caso es que los que saben del tema dicen que la nanotecnología es el futuro. Pero, ¿qué sabemos de la nanotecnología? Hoy en día es quizá un término poco definido. La nanotecnología es un campo de las ciencia aplicadas dedicado al control y manipulación de la materia a nivel de los átomos y moléculas. Es, en otras palabras, la capacidad de fabricar materiales a partir del reordenamiento de átomos y moléculas.
El prefijo nano viene de unidad de medida (mil millonésima parte de un metro). Con esto podemos hacernos una idea de lo complejo que puede ser desarrollar una tecnología capaz de trabajar en tales circunstancias. Por ello, es obvio que sólo unos pocos países parecen tener la capacidad suficiente para desarrollar la nanotecnología y aplicarla a usos cotidianos.
Está bastante extendida la opinión de que la nanotecnología va a suponer una segunda revolución industrial en el siglo XXI. Parece ser un nuevo paso dado por la evolución de las últimas decadas representada por el desarrollo de la telefonía móvil, internet y las comunicaciones vía satélite. ¿Por qué se supone que la nanotecnología va a suponer un antes y un después en el desarrollo tecnológico? La gran diferencia con los anteriores ejemplos radica que en la nanotecnología puede tener incontables aplicaciones, desde la medicina hasta la industria militar, pasando por la producción agrícola, eliminación de la contaminación o la producción de energía.
Es por ello que las expectativas que se abren ante el avance en el campo molecular y atómico son inmensas. En el campo de la medicina, por ejemplo, se están invirtiendo considerables cantidades de dinero con la finalidad de mejorar la cura contra los diversos tipos de cáncer y otras muchas enfermedades. Aún hoy, parece ciencia ficción, pero la nanomedicina sueña con usar nanobots , minúsculos robots programados para ser infiltrados en el cuerpo de un enfermo y eliminar las células infectadas por el cáncer. Ya hay nanofármacos para frenar el desarrollo de tumores, y hasta para frenar la caída del cabello.
Como hemos dicho, pocos países están en condiciones de desarrollar la nanotecnología. Ésta requiere enormes cantidades de capital tanto físico como humano, para proporcionar avances a un coste económico asumible. Hoy por hoy, sólo las grandes multinacionales norteamericanas son capaces de invertir los millones de dólares necesarios. Sin embargo, en Europa ya se está creando una clara conciencia de la importancia de la nanotecnología. Alemania está a la cabeza de los países europeos. El Deutsche Forschungsgemeinschaft, la entidad financiadora de investigación más importante de Alemania, y la Degussa-Hüls AG, una multinacional química con sede en Marl, co-crearon recientemente el Programa de Prioridades en el área de los Nanomateriales, con la colaboración de siete universidades alemanas. En España, los presupuestos son aún ínfimos, pero ya se están creando institutos de investigación en nanociencias y se están estableciendo conversaciones para la inversión en nanotecnología en colaboración con otros países europeos.
¿Qué peligros puede suponer la nanotecnología? Bien, como ocurre con otras tecnologías, si se encuentra en la manos equivocadas, puede suponer un peligro mortal para la humanidad. Aplicada a la industria militar, pueden aparecer nuevas armas de destrucción masiva, si no tenemos bastantes ya. Por otro lado, la nanotecnología es aún más una ciencia en pañales que una tecnología contrastada. Por ello no sabemos los efectos colaterales que puede suponer su aplicación de forma masiva a la vida cotidiana. Como otras tantas cosas, todo ello requiere un uso responable de las puertas que nos puede abrir el campo de la nanotecnología. Sería un grave error darle la espalda por miedo a dichos peligros, ya que, como ya he dicho antes, puede suponer un auténtico avance en la historia de la humanidad.

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