jueves, 15 de mayo de 2008

España y la Globalización, ¿Estamos Preparados?

España en el mundo de la globalización. Este es el título de mi nuevo post. Estoy seguro que muchos de nosotros nos hemos preguntado cual será el futuro de nuestro país en un proceso que ya resulta imparable, como es el de la globalización. Mi idea principal es que España no está preparada en absoluto para un mundo enteramente globalizado. ¿que por qué soy tan pesimista? podrá pensar más de uno. He reflexionado bastante sobre el tema he aquí mis conclusiones sobre la situación general de nuestro país, tanto a nivel económico, político y social:
Hoy día, España es considerada como la octava potencia del mundo. La economía española ha crecido a las más altas cotas en los últimos años. Así mismo, España cuenta con grandes multinacionales, que están presentes en gran número de países y tienen un cierto peso económico en su sector. Empresas como Zara, el Banco Santander o Repsol se han expandido enormemente en los últimos años y han conseguido crear un sello propio allí donde están. Nuestro país ha conseguido un muy buen nivel de vida en tan sólo un par de decadas, lo que nos hace entrar en la lista de países más ricos del mundo, o primer mundo, como lo queramos llamar.
Sin embargo, el mundo en que vivimos cambia. El proceso de globalización es hoy quizá mucho más acentuado que hace escasos años, cuando nuestra economía crecía a tasas espectaculares. Lo cierto es que ya en 2007 se han visto signos de desaceleración en la economía española. La economía mundial tambien está envuelto en ese proceso, sí, pero hemos de recordar que los procesos económicos en nuestor país son mucho más acusados que en el resto del mundo. Por lo tanto, se prevé una caída mayor en los índices españoles que en el conjunto de países vecinos.
La economía española ha basado su crecimiento en el sector inmobiliario principalmente. Hoy, este sector da signos de claro agotamiento. Grandes y numerosas compañías constructoras e inmobiliarias han entrado en quiebra y han tenido que cerrar, dejando a un importante número de trabajadores en el paro. El sector inmobiliario ha vivido ciertamente una época dorada, impulsando el crecimiento de la economía a tasas superiores al 4% en los últimos años. Sin embargo, visto desde otra perspectiva, este crecimiento ha sido irreal. Si no que se lo pregunten a los jóvenes, que nos vemos obligados a hipotecarnos de por vida, afrontando unos precios por cada vivienda que han subido mas del 300% en la última década. Esto se traduce en una clara disminución de la renta familiar disponible para llegar a fin de mes, porque el salario medio familiar en España no ha subido ni una pequeña porción de lo que han subido las hipotecas.
Por otro lado, y según el nuevo presupuesto para 2007-2013, España ya no va a contar con gran parte de las ayudas procedentes de los fondos estructurales y de cohesión europeos, que, con la ampliación de la UE, irán a parar a otros países en peor situación. Hemos disfrutado de un empuje económico importante en los útlmos tiempos, con tal de poner a nuestras empresas en una posición competitiva y de crear base para un futuro crecimiento. A partir de ahora, vamos a tener que renunciar a esta financiación.¿Qué tiene que ver todo esto con la globalización? Tiene mucho que ver. España no ha tomado nota de países como Irlanda que, con unos niveles de renta per cápita similares hace unos años, ha sabido ver las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías en un mundo global. Irlanda ha pasado de estar a la cola de la UE, a ser el primer país europeo en cuanto a PIB per cápita. España tampoco está destinando recursos suficientes a la nanotecnología, un campo que puede suponer un nuevo salto tecnológico, como ya comenté en mi post anterior. Ahora, sin el soporte de la ayuda de los fondos europeos, va a ser más difícil financiar dichas iniciativas. En este sentido España está perdiendo un nuevo tren para sumarse a los países punteros y con futuro.
En el plano cultural y social, España también tiene muchas cosas que mejorar. En primer lugar, somos el peor país europeo en cuanto a nivel de inglés. El idioma anglosajón es totalmente imprescindible para relacionarse con el resto del mundo, tanto a nivel empresarial como a nivel personal. Un empresario español que domine el inglés está en una óptima posición para situarse en cualquier parte del mundo, porque al inglés se le puede añadir el castellano, una lengua en pleno auge, aparte de en los países latinoamericanos, en países como Estados Unidos. Sin embargo, el sistema educativo español, que está dando las mayores tasas de fracaso escolar en la UE, está sumido en un fracaso aún mayor en cuanto al inglés. Está en problema de las lenguas vernáculas en ciertas regiones españolas, que merecen ser conocidas, pero quitan tiempo a la enseñanza del inglés. La solución de dar dos horas semanales tanto de inglés como de catalán o euskera hace que los alumnos no tengan ni idea de ninguna de las dos.
Por otro lado, el regionalismo derivado en nacionalismo existente en España no es en absoluto compatible con la globalización a la que se encamina el resto del mundo. El más claro ejemplo lo tenemos con la creación de la Unión Europea, un proceso donde los países europeos renuncian a sus intereses propios en pro del interes de la Unión. En España tenemos ejemplos deplorables de enfrentamiento entre gobiernos autonómicos, como por ejemplo la reciente disputa por el trasvase del Ebro entre las regiones de Aragón y Cataluña.
En el plano puramente político, el gobierno central está hipotecado a gobiernos autónomos que no se sienten parte de la comunidad de regiones, si no que sólo ven sus propios intereses e incluso rechazan la propia Constitución. De hecho, debido al sistema electoral vigente, un voto en Cataluña no es lo mismo que un voto en Extremadura, con lo que en cierto modo se vulnera el primer artículo de la Constitución que dice que todos los españoles somos iguales. El meollo de la cuestión es que en España no hay mentalidad de unidad, algo que es fundamental para estar preparados para el mundo globalizado. Esta es la principal razón por la que España siempre va a remolque en sectores que dan futuro y que requieren el esfuerzo conjunto de todo un país.
Aún no es tarde para subirse al carro de los países punteros en tecnología. Es necesario crear consenso entre los gobiernos central y autonómicos para dotar de financiación suficiente a los proyectos de tecnología punta, incentivar a los emprendedores, crear y desarrollar el departamento de I+D+i, conjuntar estas políticas con el resto de socios europeos, etc. Estas son sólo unas pocas ideas que se pueden poner en marcha, pero lo principal es que haya a nivel gubernamental, suficiente iniciativa, fuerza y motivación para fomentar el desarrollo de este tipo de tecnologías. Ahora la economía no está para muchos trotes. Un vez que la construcción ha agotado sus posibilidades, es el momento para empezar a cambiar el motor de crecimiento. Hay que empezar a mirar al futuro.

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